Las murallas configuraron su sistema simbólico su sistema simbólico al distribuirla en círculos concéntricos con el campanario del Miguelete como punto central que marcaba la vida social. La fábrica de Murs i Valls gestionó la construcción de la muralla con las ganancias del comercio del trigo.
Se derribaron en 1856 para dar trabajo a los parados de la seda y favorecer la expansión de la urbe.
Torres de Serranos
Se levantaron en 1391 imitando la puerta exterior del monasterio de Poblet. Su forma pentagonal, con una galería corrida con almenas, las hace más ligeras que las de Quart.
Era el acceso más elegante que ofrecía Valencia. Por esta puerta llegaban los viajeros y mercancías de Aragón y Cataluña.
Levantadas por el maestro Pere Bofill en 1444, con argamasa, cilíndricas, cerradas por el exterior y abiertas por el interior, mantienen todavía los boquetes abiertos por los obuses de la Guerra de 1808.
DATO ANECDÓTICO
"A la luna de Valencia"
El puente del Real se llama así porque unía el desaparecido palacio Real, situado al otro lado del río, con la ciudad amurallada. La puerta de acceso, también llamada del Real, era la última que se cerraba. Quienes llegaban tarde, después de la hora estipulada, debían dormir sobre unos bancos semicirculares, reunidos en torno a una hoguera, a la luna de Valencia hasta que despuntara el alba. De ahí procede la expresión "A la luna de Valencia", que significa estar fuera de hora, distraído. Una leyenda vinculada a la memoria de las viejas murallas.
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