jueves, 28 de mayo de 2009
Puerto de Valencia
jueves, 28 de mayo de 2009
El puerto de Valencia, entendido como una gran infraestructura de carácter permanente destinada al comercio y al transporte de pasajeros, es una obra muy reciente, casi enteramente del siglo XX. Eso no quiere decir que la ciudad de Valencia no se preocupara por su mar o que renunciara al comercio marítimo. Lo que sí es cierto es que a capital valenciana no contó con instalaciones permanentes de embarque y desembarque hasta fechas relativamente recientes.
El primer documento que certifica la existencia de un muelle es de 1432. Se trataba de un sencillo puente de madera que se adentraba en el mar. Gracias al privilegio otorgado el 17 de marzo de 1491 al caballero valenciano Antoni Joan por el Rey Fernando El Católico, cuando se puede relacionar el puerto de Valencia con una explotación debidamente portuaria. La forma de este puente, su exposición a la corrientes marinas y las avenidas del río Turia pronto lo inutilizaron, y en 1555 ya no funcionaba. En el siglo XVII, con las renovaciones oportunas, esta obra se debió ser la única existente, pese a contar con los primeros proyectos reales de construcción de un muelle perdurable de piedra. En 1676 y 1685 se conocen intentos de diseñar unas instalaciones dignas para el comercio, coincidiendo con el derecho concedido a Valencia de ser puerto de tráfico de mercancías para otros reinos. Comenzadas las obras en diversas ocasiones, nunca se llevaron a término hasta bien entrado el siglo XVIII.
La dificultad de construir cualquier tipo de infraestructura estable fue tal, que en ese siglo se pensó incluso en la conveniencia de construir el puerto de Valencia en Cullera y unirlo con la capital a través de un canal navegable que atravesara la Albufera. Tenemos que esperar hasta 1792, cuando Manuel Miralles traza y comienza a ejecutar un diseño de puerto que será recurrente a partir de ese momento. La segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, el XX son los momentos de auténtico progreso de las obras del puerto de Valencia. Hay que destacar, como punto de partida importante, el proyecto de Subercase de 1852, con el diseño de los diques rectilíneos y convergentes con una división interior transversal y una escollera exterior. En 1856, este proyecto es reformado, abandonándose algunas propuestas y llegándose al diseño de Juan B. Llovera de 1867 que prolonga el dique de levante hacia el este, consolidándose como referente para futuras ampliaciones.
El siglo XX comenzó con el problema de los aterramientos, que no se solucionó hasta la ejecución del proyecto de Maese en 1921, que contemplaba el desvío de la desembocadura del río y la construcción del dique del Turia y se continuó la expansión del puerto y sus obras: un dique exento, los muelles de Levante y el revestimiento del de Poniente. Después de las destrucciones de la Guerra Civil, las obras progresaron con más lentitud. La saturación del espacio interior hizo que el puerto continuara su expansión perpendicular a la costa con nuevos diques y muelles en dirección sur y prolongaciones de los exteriores: el nuevo dique del Este, la gran defensa paralela al litoral y el de levante.
El puerto se ha ensanchado hacia el mar, ganando espacio siempre en dirección sur y este y consumiendo algunos espacios de uso público, como la playa de Nazaret. De la nada del siglo XVII se ha pasado a unos e los grandes puertos del Mediterráneo.
A principios del 2006 el Puerto de Valencia es, según fuentes del Ministerio de Fomento, el primer puerto español en tráfico de contenedores y se encuentra entre los 10 primeros de Europa en cuanto a tráfico de mercancías y los cincuenta puertos del mundo en el movimiento de contenedores.
El Puerto de Valencia acoge también un tráfico regular de pasajeros con las Islas Baleares e Italia y un emergente mercado de cruceros que en 2005 registró 110 escalas y 106.502 pasajeros.
Etiquetas:
LA VALENCIA DEL SIGLO XIX
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