domingo, 31 de mayo de 2009
La Valencia del siglo XX
jueves, 28 de mayo de 2009
Puerto de Valencia
El puerto de Valencia, entendido como una gran infraestructura de carácter permanente destinada al comercio y al transporte de pasajeros, es una obra muy reciente, casi enteramente del siglo XX. Eso no quiere decir que la ciudad de Valencia no se preocupara por su mar o que renunciara al comercio marítimo. Lo que sí es cierto es que a capital valenciana no contó con instalaciones permanentes de embarque y desembarque hasta fechas relativamente recientes.
El primer documento que certifica la existencia de un muelle es de 1432. Se trataba de un sencillo puente de madera que se adentraba en el mar. Gracias al privilegio otorgado el 17 de marzo de 1491 al caballero valenciano Antoni Joan por el Rey Fernando El Católico, cuando se puede relacionar el puerto de Valencia con una explotación debidamente portuaria. La forma de este puente, su exposición a la corrientes marinas y las avenidas del río Turia pronto lo inutilizaron, y en 1555 ya no funcionaba. En el siglo XVII, con las renovaciones oportunas, esta obra se debió ser la única existente, pese a contar con los primeros proyectos reales de construcción de un muelle perdurable de piedra. En 1676 y 1685 se conocen intentos de diseñar unas instalaciones dignas para el comercio, coincidiendo con el derecho concedido a Valencia de ser puerto de tráfico de mercancías para otros reinos. Comenzadas las obras en diversas ocasiones, nunca se llevaron a término hasta bien entrado el siglo XVIII.
La dificultad de construir cualquier tipo de infraestructura estable fue tal, que en ese siglo se pensó incluso en la conveniencia de construir el puerto de Valencia en Cullera y unirlo con la capital a través de un canal navegable que atravesara la Albufera. Tenemos que esperar hasta 1792, cuando Manuel Miralles traza y comienza a ejecutar un diseño de puerto que será recurrente a partir de ese momento. La segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, el XX son los momentos de auténtico progreso de las obras del puerto de Valencia. Hay que destacar, como punto de partida importante, el proyecto de Subercase de 1852, con el diseño de los diques rectilíneos y convergentes con una división interior transversal y una escollera exterior. En 1856, este proyecto es reformado, abandonándose algunas propuestas y llegándose al diseño de Juan B. Llovera de 1867 que prolonga el dique de levante hacia el este, consolidándose como referente para futuras ampliaciones.
El siglo XX comenzó con el problema de los aterramientos, que no se solucionó hasta la ejecución del proyecto de Maese en 1921, que contemplaba el desvío de la desembocadura del río y la construcción del dique del Turia y se continuó la expansión del puerto y sus obras: un dique exento, los muelles de Levante y el revestimiento del de Poniente. Después de las destrucciones de la Guerra Civil, las obras progresaron con más lentitud. La saturación del espacio interior hizo que el puerto continuara su expansión perpendicular a la costa con nuevos diques y muelles en dirección sur y prolongaciones de los exteriores: el nuevo dique del Este, la gran defensa paralela al litoral y el de levante.
El puerto se ha ensanchado hacia el mar, ganando espacio siempre en dirección sur y este y consumiendo algunos espacios de uso público, como la playa de Nazaret. De la nada del siglo XVII se ha pasado a unos e los grandes puertos del Mediterráneo.
A principios del 2006 el Puerto de Valencia es, según fuentes del Ministerio de Fomento, el primer puerto español en tráfico de contenedores y se encuentra entre los 10 primeros de Europa en cuanto a tráfico de mercancías y los cincuenta puertos del mundo en el movimiento de contenedores.
El Puerto de Valencia acoge también un tráfico regular de pasajeros con las Islas Baleares e Italia y un emergente mercado de cruceros que en 2005 registró 110 escalas y 106.502 pasajeros.
martes, 26 de mayo de 2009
Una ciudad aún bastante provinciana
Adentrándonos ya en pleno siglo XIX, vemos como Valencia poco a poco y al compás del resto de España. Aún así en el segundo decenio del siglo XX la vida en esta ciudad conservaba todavía muchos aspectos tradicionales, que le daban un toque provinciano.
Pese a los progresos técnicos y a la insurgencia de las clases modestas, pues la sociedad continuaba aún muy jerarquizada. Las diferencias sociales se manifestaban claramente en la forma de vestir y también por el idioma: el castellano se convirtió en signo distintivo de las clases dirigentes y el valenciano propio de las populares.
por las mañanas, los labradores de la huerta llenaban las calles de la ciudad; llevaban sus vacas y las ordeñaban en las puertas de las casas de los clientes: la leche se vendía directamente al consumidor, sin ningún intermediario. Había bastantes mendigos, sobretodo en la puerta de los templos y en el Mercado. Todos los servicios públicos estaban atendidos con gran modestia. Apenas se había iniciado la renovación de las casas y de las calles de la ciudad, que en su conjunto resultaba vieja, modesta y bastante impersonal.
la burguesía valenciana había aceptado sólo en parte el modernismo arquitectónico, que acabó rechazando.
Casi todo el transporte era aún de tracción animal; los automóviles eran muy pocos y todos de lujo. La aristocracia y la burguesía iban a lucir su status al paseo de la Alameda, en berlinas con troncos de caballos y cocheros con chistera los más pudientes, y en galeras de un caballo y cochero con gorra de plato los menos ricos. El vehículo económico de alquiler eran las tartanas.
Funcionaban bastantes teatros, algunos de los cuales eran de nueva construcción, como el Eslava, en la calle Ruzafa, el de Olympia, el Lírico y el Martí, actualmente cine Lys. Además se celebraban sesiones de cinematógrafo en diversos cafés.
Historiadores señalan que la industrialización incompleta del País Valenciano determinaba la debilidad de su burguesía, entonces único destinatario de la cultura y único consumidor del arte.
La actitud provinciana siempre es pasiva y acepta con modestia que todas las innovaciones sean de los otros, respecto a los que los provincianos se reconocen como ciudadanos de segunda categoría. Esto se debía a que la ciudad había vivido con resignación en el período anterior el traslado de Sorolla, Benlliure y Blasco Ibáñez a Madrid; lo mismo estaba sucediendo en este momento en el que Altamira, Azorín, Niró o Chapí también emigraban a ciudades más ambiciosas.
Una curiosidad de la época es que el tenis y el fútbol fueron en sus inicios deportes aristocráticos que ya empezaban a contar con instalaciones propias. Sin embargo, el fútbol alcanzó rápidamente gran popularidad como deporte y como espectáculo para el gran público. En 1919 se fundó el Valencia Foot-Ball Club, que en 1923 se trasladó de su campo de Algirós al nuevo de Mestalla. El equipo rival era el Gimnàstic F.C., que en los mismos años también cambiaría de campo.
En el ensanche de Valencia abundan edificios con estilo afrancesado que responden al deseo de ostentación y confortabilidad de una burguesía seducida por el París de la Belle époque.
la Casa de Correos y Telégrafos, inaugurada en 1923, en la plaza de Castelar, (hoy del ayuntamiento) se puede clasificar dentro del eclecticismo ostentoso y afrancesado, con sus cúpulas de pizarra con grandes ojos de buey, y la profusión de estatuas, escudos y balaustres. Al principio disponía en el centro de una torre metálica para las comunicaciones inalámbricas.
domingo, 24 de mayo de 2009
EXPOSICIÓN REGIONAL VALENCIANA
El Himno de la Comunidad Valenciana fue utilizado por primera vez en la Exposición Regional Valenciana de 1909. Pero no sería hasta 1925 cuando fue aprobado por los alcaldes de los ayuntamientos de Alicante, Castellón de la Plana y Valencia.
Esta exposición fue el momento en que Valencia se mostró, por primera vez en el siglo XX, como una región pujante, creativa, laboriosa y dispuesta a estar presente en el proyecto nacional. En esta exposición, la ciudad quiere recordar aquel momento y reafirmarse como escaparate de los cambios y retos del siglo XXI, ya que cien años después Valencia vuelve a dar un salto hacia la modernidad con todos los proyectos que se están desarrollando.
En cuanto al Himno…
Su música la compuso José Serrano y la letra la compuso Maximiliano Thous, que lo hizo tanto en valenciano como es castellano.
En el año 1909 se celebró la Exposición Regional Valenciana. Debido a este evento, se encargó la creación de un himno para esta exposición al maestro José Serrano Simeón, quien se encargaría de la música. Mientras que Maximiliano Thous se encargó de la letra. Aunque se aceptó de una manera espectacular no faltaron las críticas, sobre todo por parte de los “blasquistas” y nacionalistas valencianos por la frase “per a ofrenar noves glòries a Espanya…” . Para el maestro Serrano, en cambio no suponía ningún problema: “España, mis himnos y yo. Uno de mis grandes amores es esta tierra valenciana donde he nacido: pero siempre que he compuesto un himno he pedido a mis colaboradores que en el primer verso aparezca la palabra "España" [...] y así comienzan mis tres himnos. Himno a Valencia: Para ofrendar nuevas glorias a España; Valencia Canta: Madre de España, Sol de Valencia...; La canción del soldado: Soldado soy de España... Eso no es obstáculo porque mis hijos hablan perfectamente el valenciano. Así entiendo yo el regionalismo”.
Aún así, no pasó mucho tiempo cuando los alcaldes de las tres provincias de la Comunitat decidieran que aquel himno se convirtiera en el himno del Reino de Valencia, en mayo de 1925.
Para ser declarado himno oficial, fue necesario un informe que debía ser tramitado en las Cortes Valencianas. Y que se tramitó en 1981, desde entonces se conoce como himno oficial de la Comunidad Valenciana.
HIMNO DE VALENCIA
Pero antes de explicar su historia o quién fue el compasitor que la hizo, en definitiva, antes de entrar en detalles, aquí os escribo uno de los himnos con más historia de nuestro país.
Per a ofrenar noves glòries a Espanya,
tots a una veu, germans vingau.
¡Ja en el taller i en el camp remoregen,
càntics d'amor, himnes de pau!.
que avança en marcha triomfal!
Per a Tú la vega envia
la riquessa que atresora,
i es la veu de l'aigua càntic d'alegria
acordat al ritme de guitarra mora.
Paladins de l'Art t'ofrenen
ses victòries gegantines,
i als teus peus, Sultana tons jardins estenen
un tapiç de murta i de roses fines.
Brinden fruites daurades
els paradisos de les riberes,
pengen les arracades
baix les arcades de les palmeres.
Sona la veu amada
i en potentíssim, vibrant ressó,
notes de nostra albada
canten les glòries de la Regió.
Valencians: en peu alcem-se
que nostra veu
la llum salude
d'un sol novell.
Per a ofrenar noves glòries a Espanya,
tots a una veu, germans vingau.
¡Ja en el taller i en el camp remoregen,
càntics d'amor, himnes de pau!
¡Flamege en l'aire
nostra Senyera!
¡Glòria a la Patria! ¡Visca València!
miércoles, 20 de mayo de 2009
ESTACIÓN DEL NORTE
La Estación del Norte es la principal estación de ferrocarril de la ciudad de Valencia.
Se encuentra ubicada en el centro de la ciudad, junto a la Plaza de toros y a apenas 200 m del ayuntamiento. La entrada principal a la estación está situada en la calle Játiva 24, aunque también cuenta con otro acceso en la calle Bailén esquina Matemático Marzal.
El conjunto de vías y edificio está flanqueado por las calles Alicante y Bailén al este y oeste respectivamente y Játiva al norte. Al sur discurre el haz común de líneas ferroviarias que parten de esta estación terminal.
Fue construida entre 1906 y 1917 aprovechando las transformaciones urbanísticas de la ciudad a finales del siglo XIX siendo uno de los monumentos más emblemáticos de la arquitectura civil de la ciudad.
La obra es de estilo modernista, diseñada por el arquitecto Demetrio Ribes, en la que se aprecian las influencias de la vertiente europea de la Sezession, caracterizada por un modernismo de líneas rectas en contraposición a las formas sinuosas más típicas del modernismo valenciano. Para su construcción se emplearon nuevos materiales introducidos a finales del siglo anterior, como la estructura metálica en forma de marquesina.
La fachada de la estación cuenta con tres cuerpos de edificación resaltados en forma de torreones. Estos cuerpos se sitúan a los extremos y en el centro. La portada, con motivos vegetales, naranjas y flores de azahar, se inspira en la agricultura valenciana e incluye, entre otras referencias a la ciudad, las cuatro barras rojas sobre fondo oro del escudo heráldico valenciano.
En su vestíbulo, una combinación de maderas, cristal y mármol. Tiene un sinfín de elementos decorativos de cerámica, madera, metal, vidrio y otros materiales.
La cubierta principal de la nave central, que cubre las vías, tiene forma de arco y guías que representan las vías del tren. Asimismo, tiene una gran abertura longitudinal destinada a que antiguamente escaparan los humos de las maquinas a vapor.
El edificio es de planta rectangular con dos partes diferenciadas:
- el gran hangar, de planta igualmente rectangular y cerrado con estructura de arcos articulados de acero laminado.
- el edificio de viajeros propiamente dicho, de planta en U y pilares independientes de la estructura del hangar.
La planta baja está exclusivamente destinada el público, mientras que el entresuelo y primer piso se destinan a oficinas.
Estilísticamente este edificio puede ser relacionado con la secesión vienesa y especialmente con Otto Wagner, a cuya influencia se añadirían, por un lado reminiscencias del gótico perpendicular inglés junto con inicios de lo que más tarde sería el racionalismo. Por oposición a esta sobriedad estructural se superpone en las fachadas una profusa decoración de elementos cerámicos y temas inspirados en la agricultura valenciana. A estos elementos de claro valor simbólico se añade la repetición constante del escudo de la ciudad como remate de las marquesinas.
Curiosidad: los zócalos de cada puerta o ventanal interior del vestíbulo están hechos de madera y en los más altos se puede leer el lema "buen viaje" en distintos idiomas.
PLAZA DE TOROS DE VALENCIA
Se encuentra ubicada junto a la Estación del Norte de Valencia.
La Plaza de Toros de Valencia fue construida entre los años 1850 y 1860 en el solar de una plaza anterior que por problemas de presupuesto nunca llegó a terminarse. En 1850 el Gobernador Civil de Valencia Melchor Ordóñez en colaboración con la Junta del Hospital encargó el proyecto de la plaza al arquitecto valenciano Sebastián Monleón. inspirada en la arquitectura civil romana, el teatro de Flavio Marcelo (Coliseo), o el anfiteatro de Nimes (Francia).
Su estilo arquitectónico es dórico sencillo y su estructura forma un polígono de 48 lados con más de 17 metros de altura y 52 de diámetro del ruedo. Con estas dimensiones la hacen una de las plazas más grandes de España.
La Plaza ha sufrido varias modificaciones arquitectónicas a lo largo de su historia. La primera, tras un incendio, en 1946; en 1968 se llevó a cabo la reducción del ruedo y la ampliación de gradas; en 1995 se ampliaron las barreras y contrabarreras dejando el aforo en las actuales 12.884 localidades. La plaza de toros dispone de Patio de caballos, Capilla y Patio de cuadrillas, Enfermería, Puerta grande, Palco presidencial, Corrales, Chiqueros.
Los primeros festejos celebrados en la plaza se produjeron los días 3, 4 y 5 de agosto de 1851 en los que José Redondo "Chiclanero" estoqueó en solitario toros de las ganaderías de Duque de Veragua, de Marqués de Casa Gaviria y de Duque de Osuna. Sin embargo la inauguración oficial se realizó durante los días 20, 21 y 22 de junio de 1859, en las que actuó como único espada Francisco Arjona "Cúchares", lidiando reses de las ganaderías de Viuda de Zalduendo y de Nazario Carriquiri.
Durante el paso de los años, su gestión ha ido alternándose, habiendo sido gestionada tanto por empresa privada como por gestión directa por la propia Diputación de Valencia. Actualmente es propiedad del Hospital General, siendo administrada por la Diputación Provincial.
Sus carteles taurinos son de los más populares de España.
viernes, 15 de mayo de 2009
Nos adentramos en una nueva etapa
La demolición de la muralla y el posterior inicio del Ensanche premitieron abordar el viejo problema urbanístico de enlazar el núcleo de la ciudad con el Grau. El incremento del comercio de exportación y el desarrollo de los poblados portuarios hacían más necesario el acercamiento al mar. Así la ciudad se anexionó de derecho en 1897 la Vilanova del Grau y el Poblenou de la Mar. Se remodeló toda la zona que rodeaba la antigua Puerta de la Mar. Muchos espacios verdes, entre ellos el Pla del Remei, la Glorieta y el Parterre, enlazaron por el puente de la Mar y el antiguo camino del Grau con la calle Colón y la plaza de Tetuán y el resto de bulevares en que se había convertido la antigua ronda de la muralla.
El sector meridional del Ensanche (entre los portales de la Mar y de Ruzafa, y limitado por una Gran Vía, inicialmente llamada "de las Germanías") fue el primero y mejor que se desarrolló. Este ensanche surgió al derribar la muralla, como una zona residencial donde la nueva burguesía construyó unas viviendas representativas de su status.
El plano de esta primera fase dle Ensanche de Valencia se aprobó en 1887. Era de tipo hipodámico inspirado muy directamente en el plano del Ensanche de Barcelona de 1859. Se trata de una disposición ortogonal, con vías largas, rectas, paralelas y bastante anchas. Este es el momento en el que cambia la unidad urbana, dejando de ser esencial el barrio y dejando paso a la manzana de casas, delimitada por calles perpendiculares, proyectadas en función de arterias de tráfico.
La uniformidad de estas manzanas de casas, tan homogéneas, sólo quedaba rota por una calle diagonal, la de Sorní, que va desde el antiguo portal dels Jueus, derribado en 1880 hasta el puente de la Mar y camino del Grau.
La falta de espacios verdes es el defecto principal del ensanche de Valencia, a pesar de ello el carácter ortogonal de sus calles y sus chaflanes ofrecen una red viaria muy superior a la de muchas ciudades del mundo.
CURIOSIDAD
Fue en este siglo cuando se inauguró el Cementerio general (1807) en el camino de Paiporta sustituyendo el cementerio propio que tenían todas las iglesias parroquiales.
lunes, 11 de mayo de 2009
MONASTERI DE SANT MIQUEL DELS REIS
Aunque no pertenece, o no se encuadra en lo que es el casco histórico de la ciudad de Valencia, no podemos pasar por alto el "Monasteri de Sant Miquel dels Reis". Gran monasterio renacentista donde están enterrados sus promotores: la virreina Germana de Foix y su esposo el duque de Calabria, don Fernando de Aragón.
Después de acoger durante siglos órdenes religiosas que gestionaron el convento y de asumir otras funciones no tan notables como la de cárcel o almacén de bienes culturales, su rehabilitación integral ha convertido el monasterio en sede de la Biblioteca Valenciana y en recinto para actos protocolarios de la Generalitat.
Su ubicación en medio de la huerta, lejos del centro urbano, como comentábamos anteriormente, ha mantenido este monumento en el olvido pese a su indudable valor artístico.
Dos de sus estancias más destacadas son la Iglesia y el claustro.
Iglesia
La influencia herreriana se nota especialmente en la concepción de este templo, de una sola nave, planta de cruz latina, con el coro en la parte posterior y el altar mayor en alto. Debajo del presbiterio se encuentra la cripta de los virreyes. Una cúpula idéntica a la de El Escorial corona el crucero.
Claustro
Es un buen ejemplo de claustro renacentista del siglo XVI, desarrollado por los arquitectos Juan Barrera y Martín de Orinda según el proyecto de Alonso de Covarrubias. El edificio disponía de otro claustro más antiguo. En torno a ambos se han dispuesto todos los servicios bibliotecarios.
Los virreyes quisieron hacer de este monumento un monasterio cuidado por la orden de San Jerónimo donde conservar su legado cultural y sus restos mortales. Por eso, intentando prolongar su espíritu renacentista, ha sido acertado ubicar la Biblioteca Valenciana.
Dato anecdótico:
Al no haber permanecido en pie el palacio Real, el monumento de "Sant Miquel dels Reis" pasa a ser el principal testimonio patrimonial de los virreyes de valencia. Su voluntad era convertirlo en un Escorial en pequeño. Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia, ejerció de virreina y lugarteniente desde 1523. Se casó en terceras nupcias con el duque de Calabria, Fernando de Aragón. En su testamento dejó escrita la orden de construir el monasterio. Las obras se iniciaron diez años después de su fallecimiento, y se tardaron cien años en su construcción.
domingo, 10 de mayo de 2009
MERCADOS MODERNISTAS
Esta ciudad es una de las que posee mayor volumen de obra modernista de España, pues la burguesía asimiló perfectamente este estilo. El modernismo se introdujo con la arquitectura, aplicada a grandes obras públicas y a viviendas,y posteriormente pasó a la pintura y a la escultura.
Asímismo, el empuje comercial que adquirió la ciudad con la llegada del ferrocarril, la apertura de mercados de cítricos y la incipiente industrialización siderúrgica se plasmaron en la construcción de dos grandes mercados urbanos, Central y de Colón, a los que se les aplicó la estética del modernismo.
Mercado de Colón
Su construcción de realizó en el ensanche burgués para ofrecer un servicio más selecto y cercano a los vecinos. El arquitecto Francisco Mora lo levantó entre 1914 y 1916 con la colaboración de especialistas en "trencadis", azulejo roto, cristal y hierro.
Mercado Central
Construido por Alejandro Soler y Francesc Guardia entre 1916 y 1928.
Este mercado ayudó a transformar el centro histórico y modificar su trama viaria.
Actualmente, más de 1200 puestos de venta con 1500 empleados mantienen viva la tradición de los mercaderes.
Es el claro ejemplo de una excelente fusión del hierro, cristal, piedra, cerámica y ladrillo.
miércoles, 6 de mayo de 2009
PALACIO DEL MARQUÉS DE DOS AGUAS
La familia Rabassa de Perellós obtuvo en 1699el marquesado de Dos Aguas. Tenía su casa señorial en un palacio gótico con torre almenada. En 1740 Ginés Rabassa quiso realizar una reforma y encomendó la obra a los artistas Hipólito Rovira, Ignacio Vergara y Luis Domingo. Incorporó también la portada de alabastro, la cúpula de la escalera principal y los frescos de la fachada.
Un siglo después se emprendió otra remodelación que acentuó el aspecto suntuario.
La portada barroca, realizada en piedra alabastrina de las canteras de Picassent, es, sin duda, la imagen más popular del palacio. Constituye una alegoría sobre el agua y el río con la enigmática presencia de dos gigantes semidesnudos.
Desde 1954 es sede del museo creado con la colección de cerámica de Manuel González Martí., y en 1971 fue ampliado en su parte posterior, con una nueva torre, respetando rigurosamente la unidad de estilo.
El museo permite conocer ejemplares únicos de mobiliario de Dresde con apliques de porcelanas de Meissen y Berlín, y otros muebles procedentes de la residencia de los marqueses situados en el salón de Baile y en la sala Japonesa.
La azulejería valenciana de los siglos XVIII y XIX se encuentra muy bien representada en el museo. Pueden contemplarse paneles devocionales, escenas procedentes de cocinas y azulejos de contrahuella. La reconstrucción de una antigu y elegante cocina valenciana despierta gran interés y curiosidad entre los visitantes.
Curiosidad: la Carroza de las Ninfas, procedente del antiguo edificio de los Rabassa, se conserva en el museo. Se trata de una berlina realizada en 1750 por los artistas Rovira y Vergara, autores también de la fachada barroca. Es un ejemplar único, de gran elegancia, y un brillante símbolo de los usos y costumbres de la aristocracia valenciana.
martes, 5 de mayo de 2009
LA LONJA
La Lonja fue construida entre 1482 y 1498. La obra la llevaron a cabo maestros como Pere Compte, Johan Ybarra, Johan Corbera y domingo Urtiaga.
Es el monumento gótico más importante de la ciudad, representativo de la época dorada de Valencia, como fue el siglo XV. Su construcción fue financiada por el primer banco valenciano: "La taula de canvis", creado para sufragar las transacciones comerciales.
Como contrapeso al poder religioso que la ciudad medieval generó en el entorno de la catedral, el poder mercantil y comercial fue marcando su impronta en los alrededores de la plaza del Mercado. Este monumento gótico de Pere Compte, que guarda similitudes con el de Palma de Mallorca, es el más brillante ejemplo de templo profano donde adorar el poder del dinero.
La Lonja está formada por cuatro partes: la Torre, la sala del Consulado de Mar, el salón columnario y el patio de los naranjos.
Destacamos el Gran salón columnario: en el que encontramos 24 columnas monumentales y helicoidales, dejando entre ellas un amplio espacio en el que se colocaban las tradicionales mesas y taburetes con el nombre del comerciante. El
Patio de los Naranjos, como es conocido el patio de la Lonja. A este jardín se accede por una puerta de cristal. Cuenta con una pequeña fuente y un nombre considerablede naranjos, a los que debe su nombre. De este patio parte una escalera de piedra que conduce a la sala de juntas del Consulado del Mar. Además está protegido por una muralla que lo aisla de las callejuelas que rodean el edificio.
Curiosidad:
El arquitecto Pere Compte no tuvo inconveniente en rodear el salón columnario con un mensaje sobre el poder de la riqueza, y dejó escrito: "Casa famosa soy, en quince años edificada. Compatricios, probad y ved cuán bueno es el comercio que no lleva fraude en la palabra, quejura al prójimo y no le falta, que no da su dinero con usuras. El mercader que vive de este modo, rebosará en riquezas y gozará por último de la vida eterna".
lunes, 4 de mayo de 2009
TORRES
DATO ANECDÓTICO
viernes, 1 de mayo de 2009
Tribunal de las Aguas
La puerta de los Apóstoles de la catedral de Valencia acoge cada jueves a las 12 h. el Tribunal de las Aguas, que se encaraga de resolver mediante juicios orales los pleitos surgidos entre agricultores por el uso inadecuado de la red de acequias de la huerta valenciana. Las acequias que forman parte de este tribunal son: Quart, Benàger i Faitanar, Tormos, Mislata, Mestalla, Favara, Rascanya y Rovella.
Tratándose de un tribunal consuetudinario, como es este, está formado por un representante de cada Comunidad de Regantes, de ellos uno es elegido durante un tiempo indeterminado como presidente.
Aunque no está nada claro, el origen de este tribunal está ligado a los tiempos de los musulmanes, época en la que los riegos del río Turia tenían ya su régimen. Cuando los árabes, artífices de las canalizaciones en Valencia fueron expulsados, por privilegio de Jaime I de 1239, los repobladores fueron autorizados a regar con las acequias según los usos establecidos por los árabes.
Actualmente, aunque sigue teniendo vigencia y utilidad social, no tiene la misma importacia que tenía antaño. Dejó de tenerla no hace mucho, solo es necesario que nos remontemos al año 1950, cuando entró en funcionamiento el pantano de Benagéber, que regula los caudales de río Turia. Es tal la expectación que causa entre los turistas, que muchos consideran que corre el peligro de convertirse simplemente en un "teatro de calle".
La Catedral
La Catedral de Valencia fue en un primer momento una mezquita que en 1238 fue convertida en catedral al ser restaurada la Seo valentina. Pero no sería hasta 1262 cuando el obispo Andreu d´Albalat mandó iniciar la construcción de la catedral gótica de Valencia, de tipo cisterciense, con la nave central poco alta y las dos laterales muy anchas. Inicialmente no tenía transepto, y su simplicidad decorativa obedecía a la austeridad de la Orden del Císter . La estructura de la seo, según detreminados historiadores tiene una influencia directa de la catedral de Tarragona, sobre todo si atendemos al diseño de los voluminosos pilares rodeados de columnas gemelas y el trazado cuadrado de la nave mayor.
La puerta románica de la Almoina de la catedral de Valencia. La cornisa de la cual simula estar sostenida por catorce cabezas, alternadas de hombre y de mujer, que según la tradición representan a los siete matrimonios leridanos que trajeron a Valencia setecientas doncellas de Lérida para casarlas con los repobladores de la ciudad liberada de los musulmanes.
A partir de 1303 la construcción fue continuada por el maestro Nicolás de Autona. Esta vez en un estilo francés más suntuoso. Este construiría el transepto con el cimborrio y la puerta de los Apóstoles, con estatuas góticas naturalistas. El cimborrio cuenta con dios cuerpos octogonales con arcadas treboladas y bellas tracerías. La simplicidad y sobriedad de la catedral se explican, entre otras cosas, por qué no fue una obra santuaria de ningún monarca, sino una construcción ciudadana sufragada por la burguesía local.
Las obras de la Seu tuvieron un gran impulso en el siglo XV: se terminó la torre de El Micalet, que ya se había iniciado en 1381, durante el gobierno del obispo Jaime de Aragón. No me voy a centrar en esta torre que ya he explicado en anteriores publicaciones. De esta manera en 1426 se decidió ampliar la catedral, fue con el trazado del valenciano Francesc Baldomar con el que Pere Compte la llevó a la práctica, que terminaría en 1480. En esa ampliación, el Micalet, que hasta entonces había sido una torre exenta a la catedral, fue adherido. Martí Llobet se encargó de terminar el cimborrio o linterna en 1430, y de restaurar la puerta de los apóstoles. El realismo burgués fue sustituido por un mundo renacentista mucho más artificial. Esta influencia también llegó a la Seu, cuando se construyó la capilla de alabastro del trasaltar de la girola, construida en 1510. Además también se le añadió al lado de la puerta gótica de los Apóstoles la "Obra nova" de arcos y galerías de este estilo, que inició Miquel Porcar e 1566. Son conocidos popularmente como "els balconets de la Seu". Entre 1674 y 1682 fue construido el fastuoso presbisterio de la Seo, de polícroma riqueza de mármoles y bronces. Fue obra de un gran arquitecto del barroco valenciano, el aragonés Juan Bautista Pérez Castiel.
En su última etapa, el barroco valenciano empezó a romper cornisas y a curvar el parlamento de las fachadas, es el caso de la la fachada meridional de la catedral, popularmente conocida como "la porta dels ferros", obra del alemán Konrad Rodulf en 1703.
En el último cuarto del siglo XVIII, el arquitecto Antoni Gilabert revistió la catedral de un paramento neoclásico que le daba unidad y sustuosidad.
Una vez terminada la Guerra civil espanyola, se dispuso el coro en el ábside y el altar mayor en el centro del crucero, obra de Vicente Traver en 1943. Años más tarde, en la década de los 70, se recuperó el estilo gótico de las naves del templo.