jueves, 4 de junio de 2009
CIUDAD DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS
jueves, 4 de junio de 2009
La ciudad de las artes y las ciencias, conocida en Valencia como "Ciutat de les arts i les Ciències", es el complejo de ocio cultural y científico más importante que se ha construido en Europa en los últimos años. Para ello se ha buscado un espacio muy amplio situado en el viejo cauce del río Turia, una arquitectura emblemática con vocación de futuro y unos contenidos de programación adaptados a los nuevos intereses sociales. Con esta ciudad artística, Valencia se ha engrandecido hacia el mar, pero eliminando parte de su huerta tradicional. Son tres los edificios que lo componen: "Museu de les ciències Príncep Felip", "l´Hemisfèric" y "l´Oceanogràfic".
El museo de las ciencias Príncipe Felipe es el edificio más grande, proyectado por Santiago Calatrava. Su gran estructura imita el esqueleto monumental de un dinosaurio. Dos terceras partes de sus, nada más y nada menos, 42.000 metros cuadrados, distribuidos en cinco plantas, están ocupados por exposiciones científicas, que selecciona y dirige el periodista Manuel Toharia.
L´Hemisfèric es el edificio que representa un ojo con párpado, proyectado también por Calatrava, y que fue el primero que se inauguró. Permite disfrutar de espectáculos audiovisuales presentados en tres dimensiones. Posee un sistema de proyección astronómica controlado por ordenador sobre una superficie de 24 metros de diámetro.
L´Oceanogràfic es un inmenso parque acuático concebido por el arquitecto Félix Candela como gran ciudad de peces y otras especies submarinas. En una superficie de 80.000 metros cuadrados se pueden visitar las torres y restaurante submarinos, el lago para demostraciones y los acuarios de los ecosistemas más importantes del mundo.
En los alrededores de esta interesante "ciudad" se encuentra "l´Umbracle" y el "Palau de les Arts".
L´Umbracle es un jardín con esculturas, protegido por una inmensa y ligera cubierta, situado sobre el aparcamiento, que constituye también un gran balcón y paseo para contemplar el conjunto de la "Ciutat de les Arts i les Ciències". Por su parte, el palau de les Arts es un edificio muy innovador construido, una vez más, por Calatrava, evocando las formas náuticas, para albergar grandes esoectáculos de ópera, danza y música. Es el último edificio a inaugurar del complejo cultural. Posee cuatro salas: la principal y el anfiteatro, ambas para 1.800 espectadores, y otras dos para 400.
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LA VALENCIA DEL SIGLO XX
miércoles, 3 de junio de 2009
PALAU DE LA MÚSICA
miércoles, 3 de junio de 2009
El Palau de música de Valencia, situado en el cauce del río Turia, fue forjado por José María de Paredes, premio nacional de arquitectura y también creador de auditorios como el de Madrid o el de Granada.
Desde que fuera inaugurado el 25 de abril de 1987, el Palau se ha convertido en uno de los edificios más emblemáticos de Valencia, siendo el encargado de difundir la melodía característica de la ciudad. Pero el Palau no solo está muy bien apreciado como un templo a la música, sino que también se reconoce por ser un gran ejemplo de arquitectura vanguardista. La fachada está recubierta por cristales, a través de los cuales se pueden admirar los jardines en los que está inmerso el Palau.
En el Palau de la música de Valencia se pueden apreciar grandes espectáculos: conciertos, presentaciones de ballet, óperas… Aquí se han presentado, y lo continúan haciendo los mejores maestros de la música.
Está conformado por diferentes salas: sala José Iturbi, sala Rodrigo, sala de exposiciones, además del vestíbulo de los naranjos.
Sala José Iturbi
La sala sinfónica puede albergar hasta 1.817 asistentes. Se distribuye las butacas en parte en abanico, frente y tras la orquesta, y el resto en palcos que envuelven a los músicos. Por ella, han pasado las más prestigiosas orquestas del mundo, directores y solistas.
Sala Rodrigo
Tiene un aforo de 423 plazas, que comporta un tiempo de reverberación de 1.5 segundos. Permitiendo así una mayor calidad y precisión en la definición de la música. Por ello está especialmente dedicada a solistas y música de cámara. Las butacas están distribuidas en un único graderío en abanico, esta vez escalonado. Ha acogido ciclos de Música Antigua y Barroca, Música Electroacústica, Percusión, Flamenco y audiciones para escolares. Las salas "Martín y Soler"y"Lucrecia Bori"
Las salas Martín y Soler y Lucrecia Bori,
Con capacidad para cien personas, han sido escenario de importantes conferencias sobre literatura, poesía y música. Camilo José Cela, Carlos Bousoño, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, Almudena Grandes, Vicente Molina Foix y Luis García Berlanga son algunos de los autores que han hablado sobre su obra.
Sala de Exposiciones
La Sala Expo del Palau se dedica especialmente a exposiciones plásticas de numerosos artistas plásticos. No obstante, se han realizado muchas muestras musicales tanto colectivas y benéficas.
Vestíbulo de los Naranjos
Considerado como un lugar simbólico del Palau por ser el espacio que incluye la gran bóveda de cristal que dota al edificio de personalidad. Tiene una superficie de mil metros cuadrados, a los que consagran un ambiente especial los naranjos de su interior. En él hay dos cafeterías situadas a ambos extremos.
Con más de 500.000 espectadores por año, el Palau de la Música de Valencia está considerado como uno de los núcleos musicales más importantes de Europa.
lunes, 1 de junio de 2009
VALENCIA, EN EL SIGLO XX, UNA NUEVA ERA
lunes, 1 de junio de 2009
A principios de siglo Valencia era una ciudad industrializada. Mientras la producción de curtidos hacía lo que podía, la industria sedera dejaba de ser una de las líderes. La industria que se iba imponiendo, sin embargo era la de la metalurgia, la alimentación y la madera. Aunque las pequeñas empresas eran más abundantes, poco a poco se fue introduciendo un tipo de producción para la gran industria. La mejor expresión de esta dinámica eran las exposiciones regionales. Nacía la Feria Internacional de Muestras.
Pero no todo a principios de siglo fue esplendor. Aunque se había conseguido un importante progreso económico, se vivía una profunda crisis provocada por el poco apoyo que tenía en las urnas el sistema bipartidista de la Restauración, además de la pérdida de Cuba y del creciente organización de los obreros en diferentes grupos radicalizados por la situación que se vivía. En Valencia fue el partido de Blasco Ibáñez (republicano) el que con gran número de seguidores gobernaría casi ininterrumpidamente entre 1901 y 1923.
La primera guerra mundial no pasó inadvertida para los valencianos. Se acumularon demasiadas exportaciones de cítricos produciéndose colapsos. Esto llevaría a un incremento desmesurado de los precios y que los mercados no estuviesen los suficientemente aprovisionados.
Durante la dictadura de Primo de Rivera, disminuyeron los conflictos sociales, pero la radicalización política siguió más vigente que nunca. El movimiento obrero fue consolidando su organización sindical, mientras los sectores conservadores se agrupaban en torno a la Derecha Regional Valenciana.
En las elecciones locales que se celebraron el 12 de abril de 1931, ganó la coalición de partidos republicanos. Alfonso XIII renunció al trono y abandonó el país, fue cuando se proclamó la Segunda república el 14 de abril. Esta etapa se caracteriza por la convulsión social casi permanente.
Las cosas cambiarían cuando en 1933 subió al poder el frente conservador. Supuso que los blasquistas llegaran a las esferas más altas de poder, pero al mismo tiempo fue la caída del partido por un excesivo consevadurismo.
Las elecciones de 1936 fueron ganadas por el Frente Popular y el Ayuntamiento de Valencia fue disuelto, pasando sus competencias a una comisión gestora.
El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 no tuvo éxito en Valencia. La capital de la República se instaló en Valencia en noviembre de 1936: el gobierno se instaló en el palacio de Benicarló, y los ministerios ocuparon determinados palacios. La ciudad sometida a constantes bombardeos tanto por aire como por mar, llevó a la rendición de la ciudad el 30 de marzo de 1939 cuando las tropas del General Franco entraron en ella.
Con la Dictadura se prohibieron los partidos políticos y se llevó a cabo una implacable represión ideológica. Valencia sufrió, además, el 14 de octubre de 1957, la peor riada de su historia.
Los años sesenta fueron de total recuperación económica para Valencia que supuso un gran crecimiento demográfico además de la construcción de importantes obras urbanísticas y de infraestructuras, como lo fue el Plan Sur para construir un cauce alterno al río Turia que evitara futuros desbordamientos. También se mejoraron los accesos y se iniciaron reformas interiores.
En 1975, con la muerte del general Franco, se inició el proceso de transición democrática. La aprobación de la Constitución Española de 1978, el Estado de las Autonomías y con ello la transferencia de competencias a la Comunidad Valenciana, constituyen momentos importantes de nuestra historia reciente. La democracia propició la recuperación de la lengua y la cultura valenciana.
Pero es a partir de los años 80/90 cuando la ciudad de Valencia mayor auge ha tenido en cuanto a transformación en todos los ámbitos de la ciudad. Se han llevado a cabo proyectos de todo tipo, desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Congreso, el Palau de la Música, el IVAM o parques y zonas de recreo como el jardín del Turia o el parque de cabecera y el Bioparc. Todo ello haciendo de esta una ciudad que cuenta con una destacada posición tanto a nivel español, europeo incluso mundial.
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LA VALENCIA DEL SIGLO XX
domingo, 31 de mayo de 2009
La Valencia del siglo XX
domingo, 31 de mayo de 2009
Durante el siglo XX Valencia ha sufrido un cambio espectacular, sobre todo en los últimos decenios. Ha dejado de ser esa ciudad con aspecto de pueblo, con aspecto provinciano, como venía comentando los últimos días, para pasar a ser una de las grandes ciudades no solo españolas sino europeas; y es lo que trataré de mostraros de aquí en adelante. Una ciudad cosmopolita y a la última en infraestructuras, y albergando eventos deportivos a nivel mundial.
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LA VALENCIA DEL SIGLO XX
jueves, 28 de mayo de 2009
Puerto de Valencia
jueves, 28 de mayo de 2009
El puerto de Valencia, entendido como una gran infraestructura de carácter permanente destinada al comercio y al transporte de pasajeros, es una obra muy reciente, casi enteramente del siglo XX. Eso no quiere decir que la ciudad de Valencia no se preocupara por su mar o que renunciara al comercio marítimo. Lo que sí es cierto es que a capital valenciana no contó con instalaciones permanentes de embarque y desembarque hasta fechas relativamente recientes.
El primer documento que certifica la existencia de un muelle es de 1432. Se trataba de un sencillo puente de madera que se adentraba en el mar. Gracias al privilegio otorgado el 17 de marzo de 1491 al caballero valenciano Antoni Joan por el Rey Fernando El Católico, cuando se puede relacionar el puerto de Valencia con una explotación debidamente portuaria. La forma de este puente, su exposición a la corrientes marinas y las avenidas del río Turia pronto lo inutilizaron, y en 1555 ya no funcionaba. En el siglo XVII, con las renovaciones oportunas, esta obra se debió ser la única existente, pese a contar con los primeros proyectos reales de construcción de un muelle perdurable de piedra. En 1676 y 1685 se conocen intentos de diseñar unas instalaciones dignas para el comercio, coincidiendo con el derecho concedido a Valencia de ser puerto de tráfico de mercancías para otros reinos. Comenzadas las obras en diversas ocasiones, nunca se llevaron a término hasta bien entrado el siglo XVIII.
La dificultad de construir cualquier tipo de infraestructura estable fue tal, que en ese siglo se pensó incluso en la conveniencia de construir el puerto de Valencia en Cullera y unirlo con la capital a través de un canal navegable que atravesara la Albufera. Tenemos que esperar hasta 1792, cuando Manuel Miralles traza y comienza a ejecutar un diseño de puerto que será recurrente a partir de ese momento. La segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, el XX son los momentos de auténtico progreso de las obras del puerto de Valencia. Hay que destacar, como punto de partida importante, el proyecto de Subercase de 1852, con el diseño de los diques rectilíneos y convergentes con una división interior transversal y una escollera exterior. En 1856, este proyecto es reformado, abandonándose algunas propuestas y llegándose al diseño de Juan B. Llovera de 1867 que prolonga el dique de levante hacia el este, consolidándose como referente para futuras ampliaciones.
El siglo XX comenzó con el problema de los aterramientos, que no se solucionó hasta la ejecución del proyecto de Maese en 1921, que contemplaba el desvío de la desembocadura del río y la construcción del dique del Turia y se continuó la expansión del puerto y sus obras: un dique exento, los muelles de Levante y el revestimiento del de Poniente. Después de las destrucciones de la Guerra Civil, las obras progresaron con más lentitud. La saturación del espacio interior hizo que el puerto continuara su expansión perpendicular a la costa con nuevos diques y muelles en dirección sur y prolongaciones de los exteriores: el nuevo dique del Este, la gran defensa paralela al litoral y el de levante.
El puerto se ha ensanchado hacia el mar, ganando espacio siempre en dirección sur y este y consumiendo algunos espacios de uso público, como la playa de Nazaret. De la nada del siglo XVII se ha pasado a unos e los grandes puertos del Mediterráneo.
A principios del 2006 el Puerto de Valencia es, según fuentes del Ministerio de Fomento, el primer puerto español en tráfico de contenedores y se encuentra entre los 10 primeros de Europa en cuanto a tráfico de mercancías y los cincuenta puertos del mundo en el movimiento de contenedores.
El Puerto de Valencia acoge también un tráfico regular de pasajeros con las Islas Baleares e Italia y un emergente mercado de cruceros que en 2005 registró 110 escalas y 106.502 pasajeros.
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LA VALENCIA DEL SIGLO XIX
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